Mirarte a la distancia es una tortura,
la peor de todas.
Tengo tantas ganas de acariciarte,
y nuestras manos cruzar.
Me miras de reojo,
siento que algo crece dentro de mi,
quizás sea la esperanza,
el anhelo de que te fijes en mi.
Si tan solo mi voz te llamara,
si una palabra saliera.
Me siento muda,
quiero gritar por ti, y no puedo.
El silencio es tan fuerte,
siento que no lo puedo soportar.
La maldita timidez me cierra las puertas,
y temo que jamas las podre atravesar.
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